Cuando, Andrés Pérez Araya, director, maestro e intérprete de la Compañía Gran Circo Teatro, fallece el 3 de enero del año 2002, sus camaradas y amigos de la compañía quedan completamente devastados, huérfanos y es así como surge en todos ellos y en muchos teatristas independientes el deseo profundo de contarle al país entero, lo mucho que lo querían, lo generoso y amoroso que él había sido con los chilenos más sencillos, con los más necesitados y una manera de hacerlo era convirtiendo el día de su natalicio en una jornada de celebración, de fiesta nacional y viendo que en Chile, hasta ese presente, no había un DIA dedicado a los teatristas chilenos surge de manera espontánea el Primer Carnaval Teatral en memoria, homenaje y tributo a este extraordinario hombre de teatro que lo dio todo por llevar el teatro, la ópera, la danza a todos los rincones del país, compartiendo su talento, transformando los espacios cotidianos en espacios donde campeaba la belleza y poesía de sus montajes.